¿Podría haber sido mejor?

Eso me pregunto, ¿podría esta última semana haber sido mejor, más bonita, más divertida, más tierna incluso? Lo dudo.
Esta semana, como ya conté en la anterior entrada, venía Javi, mi visita especial, a pasar 8 días en Galway conmigo, para ver dónde estudio, por donde me muevo y con quien me relaciono, básicamente. La verdad es que ya iba necesitando un contacto directo con el mundo exterior que no fueran mis compañeras, y si es él, infinitamente mejor.
Llegó el viernes a las 6 de la tarde y fui a buscarlo a la estación de autobuses. Había cogido un vuelo Madrid-Dublín y ya desde Dublín un autobús a Galway. Yo estaba histérica perdida, esperando a que llegara, y cada autobús que aparecía y resultaba no ser el suyo me ponía aún más nerviosa.
Por fin llegó y vinimos a la casa. Hacía mucho frío pero un día no demasiado malo, bueno incluso, teniendo en cuenta lo que hay por aquí.
Le enseñé la casa y, como ya era tarde, decidimos irnos a cenar a un chino al que ya he ido un par de veces y que está en el centro, junto a la Shop Street. Nerea se vino con nosotros y cenamos allí. Cuando salimos le enseñamos a Javi los 3 pubs que más nos gustan, y nos tomamos algo por ahí con él.
El sábado fue un día tonto, todos nos quedamos todo el día en la casa porque hacía un temporal de narices, y hacía frío, lluvia y mucho viento. Nos lo pasamos viendo capitulos de series y varias peliculas.
Al día siguiente amaneció soleado y frío, así que me lo llevé a ver Galway en condiciones y de día, y le enseñé Eyre Square, Shop Street y las calles paralelas y alrededores, además de cosas tan indispensables como el Penneys, donde, por cierto, se compró ropa! Le gustó mucho y nos hicimos muchas fotos.
Para el lunes planeamos una visita a Dublín, que está a unas 4 horas en bus, pero que con una de las compañías, Bus Eireann, salía ida y vuelta (siempre que fuera el mismo día) 16 €, así que compramos los billetes y el lunes a las 7 y media de la mañana cogimos el prime autobús a Dublín. Allí echamos el día entero, que amaneció soleado y aparentemente cálido, hasta que sobre las 5 de la tarde empezó a soplar un vientecito curioso y yo empecé a congelarme.
Nos recorrimos a pie los lugares y monumentos más significativos de Dublín, como el Trinity College, el Saint Patrick Church, el Temple Bar y las calles Grafton y Stephen Green, donde se concentra todo el movimiento de centros comerciales. Comimos nuestros sandwiches caseros sentados en el parque de Stephen Green, viendo a los patos pelearse entre ellos por las migas de pan que les echaban y a los (tiernos) cisnes apartar a picotazos al resto de los pájaros que nadaban tranquilamente por el estanque. Me impactaron los cisnes... qué violentos.
Volvimos de Dublín en el penúltimo autobús, agotados, y llegamos a la casa sobre las 12 y media de la noche.
El martes tocó ir a la facultad y fui a dos clases con Javi, porque me hacía mucha ilusión que conociera a dos de mis profesores favoritos, Stephen Kavanagh y Hubert McDermott. Comimos en la gran cafetería de la facultad y dimos un paseo por el College Bar, al que volveríamos unos días después para la fiesta de Halloween.
El miércoles también pasamos la mayoría del tiempo en casa y por la noche vimos una pelicula con Nerea en el salón.
El jueves por la mañana nos fuimos Javi y yo al centro a comprar un par de cosillas para sus hermanos y a mirar máscaras o cualquier cosa que nos hiciera las veces de disfraz en la tienda de Todo a 2€. Acabamos comprándonos tres gorros iguales pero de distinto color (para él, para mí y para Nerea) y una capa oscura para cada uno. Eso, ropa negra y media hora de maquillaje nos convirtió en un Drácula y dos brujitas muy apañados. Lola se apuntó a última hora e improvisó un disfraz de Super Heroína, y con esas pintas nos plantamos en la fiesta de Halloween de la facultad, donde escuchamos música, vimos a la gente disfrazada y tomamos aperitivos.
De ahí nos fuimos a un pub del centro donde siguió la juerga.
Ayer viernes fue otro día bobo de mucha casa por aquello de que estabamos todos un poco cansados de la fiesta, y nos dedicamos a ver series y la película "Pesadilla antes de Navidad", que venía que ni pintada para la fecha de Halloween.
Y hoy Javi se ha ido. Curioso. La casa me parece más grande ahora.
No. La semana no podría haber sido mejor.


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